viernes, 4 de enero de 2008

El cuento de Sintra

Los cuentos de hadas terminan al cabo de diez o veinte páginas, pero una arquitectura fantástica, como la del palácio da Pena en Sintra, no. Es una colección de varios tomos plagada de senderos con migajas de pan y de llaves en el fondo del mar. Es decir, de caminos que creemos no poder recorrer en este mundo. En Sintra, ese universo se materializa.
Al repasar la arquitectura portuguesa no puede faltar la idílica ciudad de Sintra, cuyas construcciones, no obstante, se remontan a los siglos XV y XVI o bien datan, aproximadamente de la segunda mitad del siglo XIX. El espectacular paisaje costero ya había maravillado a los romanos y a los árabes, incluso, más tarde, los reyes portugueses mandarían construir aquí, en Sintra, sus residencias veraniegas. En el siglo XIX fue el destino de románticos alemanes e ingleses. La arquitectura neoclásica no germinó, ya que durante la época pombalina, período en el que se “racionalizó” el urbanismo lisboeta tras el terremoto de 1755, se concentraron en Sintra los comerciantes ricos, que no estaban de acuerdo con las construcciones austeras realizadas en la capital.
Así pues, no es de extrañar que sea en Sintra, ciudad que había frenado el avance del estilo oficial, y no en otro espacio, donde Fernando Sajonia-Coburgo encargó al arquitecto y naturalista barón Wilhelm Von Eschwege en 1839, la construcción del palácio da Pena. Desafortunadamente para Dom Fernando II, - que así llamaban a Fernando de Sajonia-Coburgo en Portugal – la extravagante construcción no se finalizó hasta 1885, año de su muerte.
Este edificio caprichoso antecede en ciertos aspectos conceptuales el Modernismo ondulante del catalán Antoni Gaudí. Especialmente en el colorido, la simbiosis con el paisaje, la luz y las formas pseudos-oníricas.
Un portal árabe abre el acceso a este castillo de cuento de hadas, situado sobre el Monte da Lua en una elevada posición dominante (primera imagen). Sus torres y fachadas medievales se muestran exultantes en rojo fresa, amarillo canario o azul turquesa. A pesar del colorido, no se pueden obviar los recuerdos a castillos alemanes y a residencias portuguesas del período manuelino. Este estilo se ve reinterpretado en determinadas ventanas (segunda imagen) y en el claustro de un monasterio jeronimiano, (tercera imagen) que Fernando integró en su castillo y salvó de su ruina. Más variopintos son los espacios interiores y el mobiliario, siempre en consonancia con las estancias; la más suntuosa es la sala árabe (cuarta imagen) con sus pinturas trompe-l’oeil en las paredes y techo.
Además de todas sus excelencias arquitectónicas, el castillo, es un extraordinario mirador. El parque con flora exótica, fuentes y hermosos cenadores es también uno de los más magníficos de Europa.
Richard Strauss expresó su opinión sobre este paraje del siguiente modo: Este es el día más feliz de mi vida. He estado en Italia, Sicilia, Grecia y Egipto, pero jamás he visto algo tan maravilloso. Este es el lugar más bello con que han topado mis ojos.

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jueves, 3 de enero de 2008

Los mejores discos nacionales de 2007

1. LOS PLANETAS. LA LEYENDA DEL ESPACIO.



2.TRIÁNGULO DE AMOR BIZARRO.


3. PRIN'LALÁ. ESTO ES PRIN'LALÁ.

Los mejores discos internacionales de 2007

1. LCD SOUNSYSTEM. SOUND OF SILVER.



2. THE ETTES. SHAKE THE DUST.


3. PANDA BEAR. PERSON PITCH.


4. BLACK REBEL MOTORCYCLE CLUB. BABY 81.


5. DEERHOOF. FRIEND OPPORTUNITY.